Prostitución virtual, un fenómeno imparable
En los últimos meses se está hablando mucho de la Inteligencia Artificial, y de cómo esta nueva tecnología podría revolucionar nuestro mundo. No es algo tan nuevo, en realidad, ya que las inteligencias artificiales llevan siendo funcionales desde hace décadas. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que estas mentes virtuales están tan preparadas para darnos soluciones que casi parecen humanas. Solo que no lo son, para bien o para mal, porque su conocimiento es mayor, pero su comprensión de la realidad está sesgada por su falta de experiencia vital. De hecho, son muchos los expertos que apuntan a que las inteligencias artificiales funcionarán de forma excelente como asistentes, pero jamás podrán tomar decisiones realmente claves. El hecho de no tener esa empatía que nos hace diferentes a los humanos puede ser determinante, aunque también hay quien piensa que este tipo de inteligencias son mejores precisamente por la ausencia de emociones que nublan su juicio.
Estamos tan apegados a lo virtual que hoy por hoy no podríamos pasar un solo día sin teléfono móvil. Tal vez lo consigamos, pero a las horas sentiríamos la necesidad de entrar en las apps de redes sociales, de comprobar si ha llegado correo, de conectarnos para conocer las últimas noticias… Lo sorprendente es que este salto tecnológico ha abierto muchas puertas y oportunidades, pero también se está convirtiendo en una adicción peligrosa. La serie Black Mirror ya nos lo ha advertido de manera muy clara: la tecnología no es buena ni mala. Seremos nosotros los que hacemos uso de ella y los que debemos cuidarnos de utilizarla bien. La herramienta que supone Internet ha creado todo un ecosistema virtual en el que podemos encontrar incluso trabajos tan vinculados a lo físico como la prostitución. De hecho, la sexualización de esta nueva generación es más que evidente, y su mentalidad en lo que al sexo se refiere también se está abriendo en la prostitución. Los jóvenes no ven mal pagar por disfrutar de un poco de sexo, e incluso involucrarse en este tipo de actividades para cobrar por esos servicios. La prostitución está viviendo una nueva era de la mano de Internet, y en esta etapa virtual son muchas las cosas que están cambiando.
La revolución tecnológica del nuevo siglo
Internet ha provocado un auténtico tsunami en este nuevo siglo. Aunque su origen data de principios de los años 80, no fue hasta el cambio de milenio cuando la red se expandió de forma global, permitiendo crear realmente ese mundo virtual que tanto nos auguraban en décadas pasadas. La revolución ha sido tal que estamos cambiando incluso los hábitos a la hora de relacionarnos con los demás. La comunicación es ahora más directa, aunque eso no significa que sea más clara, porque dependerá no solo del canal, sino de los comunicadores. La tecnología sirve de herramienta también para expandir nuestros intereses en el ocio, o para tener acceso a todo tipo de contenidos que antes estaban más limitados, como el porno. Hoy por hoy es más fácil disfrutar de contenido sexual, e incluso también de relaciones de este tipo, gracias a Internet.
La migración de las calles a Internet
La prostitución también ha sido un sector afectado por Internet, aunque pueda parecernos que este negocio es, al fin y al cabo, algo netamente físico. Encontrar a los clientes es ahora mucho más fácil para estas chicas, e incluso para las agencias en las que trabajan. Si antes muchas de ellas tenían que lanzarse a la calle para pasar encontrar clientela, hoy por hoy las plataformas de anuncios sexuales hacen ese mismo trabajo. Una chica puede subir un anuncio a Internet, moverlo a través de distintas páginas y plataformas, y terminar encontrando a una buena clientela sin salir de casa. Esto le permite trabajar de una manera más cómoda y segura, sin tener que salir a la calle a las inclemencias del tiempo, o a los peligros que eso conlleva.
Internet se ha convertido en el nuevo feudo de estas escorts profesionales, que han adaptado sus servicios también a las nuevas tecnologías. Durante la pandemia de 2020, cuando todos estábamos encerrados en casa, las prostitutas tuvieron que ingeniárselas para seguir trabajando. Lo hacían a través de videollamadas, para tener sexo virtual a distancia con sus clientes. Evidentemente, este servicio no era tan especial como los que se llevan a cabo de forma personal, pero había que sobrevivir en ese momento de tanto caos. No es difícil encontrar por Internet anuncios de prostitutas que ofrecen además sus servicios con sus tarifas, para que conozcamos todos los detalles sobre ellas antes de contratarlas. Esto ha favorecido al negocio, tanto por parte de las chicas como de los propios clientes.
Webcammers y Onlyfans
Los nuevos tiempos también han traído nuevos trabajos dentro del sector del sexo. La posibilidad de generar contenido erótico desde casa y llegar a millones de espectadores está siendo el punto diferenciador en esta nueva era. Ya en los años 90 había chicas que se dedicaban a desnudarse a través de Internet, en sesiones de webcam. Eran modelos eróticos que, en algunos casos, incluso se masturbaban o tenían relaciones explícitas ante la cámara. Los hombres pagaban por acceder a dicho contenido en directo, y luego utilizaban también su dinero para pedirle cosas espaciales a las chicas. Hoy por hoy, las webcammers siguen ganando mucho dinero, aunque es cierto que su contenido ha perdido un poco de valor, al haber tanto porno disponible en Internet.
Esto hace que el éxito de la plataforma Onlyfans sea aún más sorprendente. Estamos hablando de una red social en la que cualquiera puede subir contenido erótico o explícito, que será disfrutado por los fans tras pagar una suscripción. La plataforma ha permitido que miles de chicas anónimas consigan hacerse de oro gracias a sus fotos y vídeos más sexuales. Incluso las modelos eróticas y actrices porno profesionales han terminado sucumbiendo ante Onlyfans, que en muchos casos también funciona como puente hacia algo más dentro del mundo del sexo… Las modelos ofrecen servicios especiales, pago extra mediante, para aquellos fans que quieran algo diferente y más íntimo. Venta de ropa interior usada, llamadas sexuales… e incluso encuentros físicos.
¿Sigue siendo prostitución?
Hemos hablado de estos nuevos trabajos que han nacido al calor de la red, y también de cómo Internet ha cambiado la forma de encontrar clientes en la prostitución. Para muchos, ambas situaciones no son comparables. Las chicas de Onlyfans solo venden su contenido como si fueran modelos eróticas, o como mucho, actrices pornográficas. Eso no las convierte en prostitutas, aunque trabajen dentro del sector sexual. Sin embargo, terminan ofreciendo ciertos servicios sexuales, aunque no sean físicos, a quienes pagan por ellos. Y en muchos casos, los rumores sobre encuentros explícitos con fans que pagan ciertas tarifas se han extendido demasiado… No sabemos si esta nueva ola de prostitución virtual podría ser considerada dentro del trabajo sexual tradicional, pero lo que sí tenemos claro es que el futuro les pertenece.